Y
aconteció que, como se cumplió el tiempo en que había de ser recibido arriba,
él afirmó su rostro para ir a Jerusalén. Y envió mensajeros delante de sí, los
cuales fueron y entraron en una ciudad de los Samaritanos, para
prevenirle. Mas no le recibieron, porque
era su traza de ir a Jerusalén. Y viendo
esto sus discípulos Jacobo y Juan, dijeron: Señor, ¿quieres que mandemos que
descienda fuego del cielo, y los consuma, como hizo Elías? Entonces volviéndose él, los reprendió,
diciendo: Vosotros no sabéis de qué espíritu sois; Porque el Hijo del hombre no
ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas. Y se
fueron a otra aldea. LUCAS 9:51-
Qué bonito relato bíblico para hacer
una reflexión sobre lo que es el amor y misericordia, cosas que pueden ser
estimadas como principio, de un corazón regenerado por el poder de Cristo, y
que en ocasiones son opacados por el orgullo y la ambición carnal.
En este relato continuación podemos
identificar varios elementos importantes, así como tres tipos de personas, con
las cuales nos podríamos estar identificando cada uno de nosotros como
cristianos. Que espíritu es el que habita en nuestras vidas, el del rechazo, el
del odio u el del amor de cristo.
La historia se articula en el momento
que Jesús había de ser glorificado, pero antes de hacerlo a de dejarle una gran
enseñanza a sus propios discípulos.
Envía a sus discípulos a tierra
extraña, su propósito hallar un espacio acondicionado para el pasar… pero no le
recibieron
1. El primer
tipo de personas con las que nos encontramos, es con LOS SAMARITANOS, los cuales al saber que era Jesús y en vista de
sus diferencias religiosas y disputas del pasado con el pueblo Judío, le
negaron la entrada a su ciudad. Según la historia estos samaritanos
provenientes de una raza mixta, una mescla entre judíos y asirios (2 Reyes 17 y
18), que practicaban una religión sincretista como lo indica el segundo libro
de reyes 17:32- mezclando sus tradiciones cananeas con la religión hebrea, a
ellos les parecía según su propio criterio que eran los verdaderos israelitas
descendientes de sus padres. Este primer grupo nos habla de gente que no recibe
a Jesús en sus vidas, porque piensan que, así como están, están bien, no hay
nada que cambiar, el buscar a Dios en su propio estilo y propósito es
suficiente. Por tanto, no hay espacio en sus vidas para un Jesús que no ofrece
nada terrenal y que solo al parecer, viene buscando como alterar la normalidad
de una vida tranquila y satisfecha con sus propios egos. Lo que este grupo no
sabe es que, aunque el ser samaritano en tiempos de Jesús, era igual mente
motivo de amargo desprecio, y cualquier judío trataba de evitar todo contacto
con ellos, A sus puertas un Jesús misericordioso y dispuesto a saltar los muros
de la discordia, lleno de amor y resuelto a encontrar alguien que le reciba.
Que no te pace lo mismo a ti estimado lector, no seas como los samaritanos,
permite que Jesús, entre a tu vida, muchas cosas, tiene el para ti, salvación y
vida eterna en abundancia, y dice: he
aquí, yo estoy a la puerta y llamo: si alguno oye mi voz y abre la puerta,
entraré a él, y cenaré con él, y el conmigo. Apocalipsis 3:20
2. El
siguiente grupo es exclusivo, es el grupo de LOS DISCIPULOS DEL SEÑOR, entre ellos se resalta concretamente a
Jacobo y Juan, no hay referente de que ellos hayan sido malos discípulos, pues
sabemos quién era juan por el evangelio que lleva su nombre y que fue el autor
del libro de apocalipsis, y por otro lado esta Jacobo o Santiago apodado
también Santiago rodillas de camello, el escritor del libro que lleva su nombre.
Vemos acá unos hombres que ignoran los verdaderos propósitos del Señor Jesús,
ya que su corazón esta hinchado del orgullo y ambición, incapaces de entender
lo que les había dicho Jesús a los escribas y fariseos, (Mateo 9:13), porque en
ocasiones lo que domina el corazón no es lo que la razón cree. Ellos le dicen
al Señor: quieres que mandemos…. ¿Pero
mandar qué? Que caiga fuego del cielo y los consuma. Ni siquiera se atreven a
pedir que sea el Señor quien lo haga, ellos están dispuestos a hacerlo, solo esperan
la autorización y que caiga fuego del cielo y los consuma, como en la historia
de Sodoma y Gomorra o evocando el fuego del cielo que callo y consumió el
holocausto en los tiempos de Elías. Como niños que desafían a su enemigo,
porque están amparados por un padre grande y corpulento, actuaban estos
discípulos, no hay tiempo para entrar en razón, solo hay que castigar a quienes
no reciben al Maestro. La reprensión no se deja esperar y el señor les
dice: Vosotros no sabéis de que espíritu sois. Una reprensión bien fuerte
hace el Maestro, confrontándolos con ellos mismos, porque en esta vida lo que
enseña el Dios de amor es: no se trata de pagar a otros como ellos nos tratan.
Un espíritu de persecución y odio es contrario al Espíritu de Cristo,
claramente Jesús no miraba hacia el pasado oscuro, como sus discípulos, miro
sus inminentes padecimientos y muerte en el calvario. Mientras que estos
seguidores querían ver fuego del cielo, cayendo y consumiendo, él quiere que
ellos entiendan que están llamados a fines eternos y gloriosos, porque una
cubierta de celos y fanatismo por el Señor no puede ser la excusa para querer
obrar mal, en contra de otros. A paz nos llamó el Señor, y el no vino a perder
las vidas de aquellos que están ciegos y sin esperanza en este mundo, por esto
nos ha puesto para ir y predicarles el amor de Cristo y su poder. En vez de
querer juicio contra los que hacen mal, rogad al Señor que envié obreros a su
mies, porque los campos ya están blancos para la siega dijo nuestro Cristo.
3. En el último
grupo esta Jesús, de quien podemos
apreciar que a pesar de los obstáculos está decidido a marchar hacia el dolor,
no hay sed de venganza u odio en su corazón, esta no Era la primera vez que el
Maestro sufría alguna clase de afrenta, pero, aun así, no está mandando que
descienda fuego del cielo, su misión es clara. Él no ha venido a perder las
almas sino a salvarlas. El Maestro está dando un claro ejemplo de su amor y
misericordia, tanto a sus discípulos como a las futuras generaciones, algo si
está claro, él no está dispuesto a seguir el fuego de sus discípulos, y a pesar
de que no fue recibido por los samaritanos en ese momento, el se fue a otra
aldea. No era el tiempo de detenerse a llorar y hacer malos planes, su
prioridad es clara y hay que continuar el camino. Una gran enseñanza que nos
permite obtener el Señor, no siempre seremos bien recibidos donde quiera que
vallamos a predicar este evangelio glorioso, pero si debemos estar
comprometidos en dejar una huella, no de fuego y cenizas, sino de amor y respeto
por quienes no piensan igual que nosotros, que bueno fuera que todos nos
escucharan, pero si ni aun a Jesús, muchos no lo querían oír, que nos garantiza
que seamos los deseados donde quera que estemos, nuestra labor es predicar a
tiempo y fuera de tiempo, seamos oídos o no, sembrar y sembrar que el que hace
el resultado final es el Señor.
Importante saber hoy de que espíritu
somos, somos hijos de Dios, llamados a ser de él, nuestras aptitudes pueden ser
cambiantes, ya que muchas pasan hacer obsoletas, y lo mejor es acogernos al
amor y la misericordia del Señor, que nos ha dado un gran ejemplo, los dos
primeros grupos no nos ofrecen nada satisfactorio, son dos tipos de aptitudes
negativas, pero la más recomendable es la aptitud del Maestro, que como nuestro
Señor nos invita seguir sus pisadas, y a llevar nuestras cargas en él. Y sobre
todo permitirle enderezar nuestros comportamientos humanos, para que sean más
semejantes a hombres y mujeres que han conocido de él.
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