Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy enfermo; sáname, oh Jehová, porque mis huesos se estremecen. Salmo 6:2
El
Salmo 6 es un lamento sincero del rey David, quien se encuentra en medio de una
aflicción profunda y una probable enfermedad física. Por tanto, este salmo nos muestra cómo David
se acerca a Dios en busca de misericordia y sanidad para su vida.
En
nuestras propias vidas, también podemos encontrarnos en momentos de dolor,
tristeza o angustia. La soledad, el sentirnos sin amigos o amados nos puede
complicar más anímica y espiritualmente las cosas. Y lo que podemos extraer de
estos renglones bíblicos es que la mejor opción que debemos tomar es la de ir
en busca de ayuda, y no de cualquier ayuda, debemos buscar la ayuda de Dios.
Diferentes
pasajes de la biblia nos hablan sobre la importancia de hacerlo.
ü Disponed ahora vuestro corazón y vuestra alma para
buscar al SEÑOR vuestro Dios; levantaos, pues, y edificad el santuario del
SEÑOR Dios, para que traigáis el arca del pacto del SEÑOR y los utensilios
sagrados de Dios a la casa que se ha de edificar para el nombre del SEÑOR. 1 Crónicas
22:19
ü Porque así dice el SEÑOR a la casa de Israel:
Buscadme, y viviréis. Pero no busquéis a Betel, ni vayáis a Gilgal, ni paséis a
Beerseba; porque ciertamente Gilgal será llevada cautiva, y Betel caerá en
desgracia. Buscad al SEÑOR y viviréis, no sea que El prorrumpa como fuego, oh
casa de José, y consuma a Betel sin que haya quien lo apague. Amós 5:4-6
ü Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y
hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe; y el que
busca, halla; y al que llama, se le abrirá. Lucas
11:9-10
La experiencia de David nos enseña que, en
medio de esas dificultades, podemos acudir a Dios con confianza y esperanza.
Solo bastaría recordar cuando el pecó, ¿a
dónde fue?, ¿a quién busco?, Salmo 32, busco a Jehová, porque su alma estaba
triste y su vida se estaba consumiendo.
El deterioro de su vida física estaba ligado
al deterioro de su alma.
Hoy el deterioro de muchas vidas, está
determinado por el deterioro de su vida espiritual, cuando esta se va acabando,
a la par van apareciendo sintomatologías, de ira, celos, mentiras, avaricia, y
otros muchos pecados, que solo se pueden tratar en la presencia de Señor y nada
más.
Él es el único que pude brindar una ayuda,
pero hay que buscarla, desearla.
Muchos quieren cambios en sus vidas, pero no
los buscan, solo los anhelan, esa es la gran diferencia entre el que puede
experimentar cambios relevantes en su vida, por que los ha buscado y ha puesto
de si para vencer sus propios conflictos emocionales, psicológicos, sociales, y
el que solo espera que Dios le cambie, pero no da nada de si, esto es, no pone
voluntad a cambiar, porque ama como es, se ha habituado a ser así y punto.
Hasta se cree la gran mentira de que no puede cambiar o nadie lo puedo hacer
cambiar.
Dios puede cambiar al pecador, transformarlo,
pero Dios no obra en contra de la voluntad del ser.
En el podemos obtener misericordia, esto
incluye que él nos haga justicia,
pelee por nosotros, que el que conoce las aflicciones de nuestro corazón, causadas
por necesidades, desamores, peligros o tentaciones. limpie el camino, cambien
las actitudes que en nosotros o en los demás nos son contrarias, eso implica
misericordia porque cuando se quiere agradar a Dios, serle fiel, solo su
misericordia nos permitirá tener paz y alegría en nuestro corazón.
En
este Salmo, David comienza clamando a Dios por su misericordia. (ver.2. Ten
misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy enfermo; Sáname, oh Jehová, porque
mis huesos se estremecen.)
Reconoce
su propia debilidad y la necesidad de la intervención divina. Aunque se
encuentra en un estado de angustia física y emocional, busca refugio en la
compasión de Dios.
ESTOS SON
SOLO ALGUNOS PASAJES BIBLICOS QUE NOS RESALTAN LA COMPASIÓN DE DIOS
ü
Y El respondió: Yo haré pasar toda mi bondad delante de ti, y
proclamaré el nombre del SEÑOR delante de ti; y tendré misericordia del que
tendré misericordia, y tendré compasión de quien tendré compasión. Éxodo 33:19
ü
Como el padre se compadece de los hijos, Se compadece Jehová de los que le
temen. Porque él conoce nuestra condición; Se acuerda de que somos polvo.
Salmo
103:13,14
Conclusión
La
oración de David nos enseña que, incluso en medio de nuestras luchas, podemos
acercarnos a Dios y expresarle nuestras necesidades con sinceridad. Él estará
dispuesto a escuchar nuestras súplicas y a brindarnos su misericordia.
David
expresa su confianza en la fidelidad de Dios al afirmar: "El Señor ha oído
mi súplica; el Señor recibirá mi oración" (Salmo 6:9). Aunque la respuesta
de Dios puede no llegar de inmediato, David confía en que el Señor escuchará y
responderá en su tiempo perfecto.
Como
David, podemos aprender a confiar en la fidelidad de Dios y en su voluntad de
responder a nuestras oraciones. Aunque las circunstancias parezcan
desalentadoras, podemos aferrarnos a la esperanza de que Dios nos brindará su
misericordia y su sanidad.
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